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El exoesqueleto de un Triops cancriformis

Esta imagen es la muda de un Triops cancriformis. Es asombroso como pueden desvestirse de su propia armadura sin causarle daños aparentes. Esta estructura recibe el nombre de exoesqueleto y suele ser de quitina aunque por ejemplo los cangrejos lo tienen reforzado además con carbonato cálcico.

Este Triops cancriformis de un mes de edad es el propietario del exoesqueleto de la anterior imagen pero ya no lo necesita pues tiene uno nuevo un par de tallas más grande. En breve será tan resistente como el anterior pero en unos días se le volverá a quedar pequeño.

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Partenogénesis en Triops cancriformis

El último de los cinco Triops cancriformis que tan alegremente desovaron casi a diario, ha muerto a mitad de su última puesta. El penúltimo Triops murió la noche anterior. Su reloj biológico no esta preparado para durar mucho más allá de los 45 días. En ese tiempo les ha dado tiempo a alcanzar una talla de 5 cm partiendo de huevos de medio milímetro. La frecuencia de mudas también es un dato impresionante ya que en ocasiones mudan cada dos días para poder seguir creciendo a un ritmo muy acelerado. Los puntos rojos adheridos al último par de patas son los huevos. Esta puesta era de 20 huevos pero en el otro lado tenía un saco igual que consiguió depositar en el sustrato del acuario.

De estos huevos es casi seguro que nacerán hembras. En esta especie, en ausencia de machos, las hembras se reproducen sin sexo por partenogénesis. Es decir, los óvulos sin fecundar son perfectamente viables y se desarrollan sin la intervención de los gametos masculinos. Se está investigando si la mayor parte de las poblaciones naturales están compuestas por hembras partenogenéticas o aparecen algunos machos.

Agradecer a África Gómez, de University of Hull, que me mantenga al corriente de las novedades de sus investigaciones con Triops y a Manuel Lorenzo por fotografiar a mis Triops, aunque llegamos cuando estaban agonizando.

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Triops cancriformis, el fósil viviente (I)

Este ser tan extraño de la imagen es el Triops cancriformis, un crustáceo branquiópodo del género de los notostráceos que ostenta el record mundial de permanencia sobre la faz de la tierra, ya que lleva unos 220 millones de años (desde el Triásico) sin sufrir apenas variaciones en su forma. No hay que irse muy lejos para poder contemplarlo y en verano puede encontrarse en algunas charcas temporales de Los Monegros que no esten frecuentadas por el ganado.

Su ciclo vital es muy rápido y está perfectamente adaptado a la sequía del secano. Después de resistir fuertes heladas durante el invierno, los huevos que acechan enterrados en el lodo seco eclosionan en 2 o 3 días con la humedad de las primeras lluvías y los jovenes Triops o Tortuguetas, con una dieta omnívora, comienzan a alimentarse frenéticamente de todo lo que encuentran. Navegan por el fondo hurgando en el lodo y prefieren alimentarse de detritus vegetal pero si este escasea devoran renacuajos, artemias o a sus congéneres cuando están mudando el caparazón y son más frágiles. Alcanzan una talla de 10 cm y antes de envejecer y morir al mes y medio de vida dejan toda la descendencia que pueden. Si los machos escasean las hembras pueden reproducirse por partenogénesis sin la colaboración de estos.

Su distribución es cosmopolita porque los huevos viajan en el barro que queda pegado a las patas de las aves que visitan sus charcas. En Monegros algunos años no hay ni rastro de ellos pero el año pasado puede observarlos en unas cuantas charcas de la zona de Monteoscuro. Son muy fáciles de criar en cautividad y puedes adquirir el pack Sekano Triops en nuestra tienda, que consta de huevos de Triops cancriformis, alimento para juveniles y adultos e instrucciones detalladas en español. ¿Durará la especie Homo sapiens tanto tiempo como el Triops?.

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Misterioso Monteoscuro

Ese camino conduce a muchos misterios. Subiendo hasta lo más alto se llega a San Caprasio, desde donde, en un día claro, podemos ver los Pirineos (Huesca) y también la chimenea de Andorra (Teruel), en plena Sierra de Alcubierre. En esta cumbre de 812 metros hay otra curiosidad, a parte de las impresionantes vistas de los Monegros esteparios más auténticos de Farlete y Monegrillo, que son las cuevas de San Caprasio. Al parecer este Santo decidió vivir alejado de las comodidades y se instaló en una cueva excavada en la roca, al borde de un precipicio.

El lugar es muy visitable y puedes hacer noche, hoguera y descanso espiritual o lo que se tercie. En invierno es frecuente despertar y, al salir de la cueva, contemplar un mar de nubes por debajo de tus pies, mientras por encima pueden estar cruzando una hilera de Buitres Leonados. Los montes de Monteoscuro fueron hace años los dominios del famoso bandido Cucaracha, muy difícil de atrapar entre los densos pinares de Alcubierre. Esta Sierra se extiende en dirección noroeste-nordeste y el que la recorre puede encontrar muchas más sorpresas, pues aquí solo se han desvelado las más conocidas.

El último misterio de Monteoscuro se llama Triops cancriformis. Esta historia se remonta millones de años hasta otras épocas geológicas…